domingo, 30 de diciembre de 2012

Monumento a Bartolomé Mitre



En la intersección de la calle Agüero, Av. del Libertador y dr. L. Agote, al borde de una pendiente hecha "jardin", se encuentra la Plaza Mitre, cuyo centro es un monumento ecuestre en homenaje a Mitre, una ubicación verdaderamente privilegiada, que fuera realizado por los escultores David y Eduardo Rubino y Luis Calandra, todos de nacionalidad italiana.
Bartolomé Mitre Martínez (1821 - 1906), fue un reconocido militar, político y escritor de la ciudad de Buenos Aires, que lideró las tropas porteñas que luchaban contra la Confederación de las Provincias.  

Mitre nació en la ciudad de Buenos Aires, en la esquina de las calles Suipacha y Lavalle, el 26 de Julio de 1821, hijo de don Ambrosio y doña Josefina Martínez.  Tuvo dos hermanos, Emilio y Federico.
Existe una anécdota contada en Wikipedia, a los 14 años, fue a trabajar a una de las estancias de Juan Manuel de Rosas (regenteada por Gervasio de Rosas, hermano del restaurador y amigo de don Ambrosio), donde al poco tiempo, al encontrarse con don Juan Manuel, este lo devolvió a su casa con estas palabras: "Digale a don Ambrosio que aquí le devuelvo a este caballerito que no sirve ni servirá para nada, porque cuando encuentra una sombrilla se naja del caballo y se pone a leer"; claro está, afirmación nada más lejos de la futura realidad del entonces Bartolomé.
Como liberal, fue opositor de Juan Manuel de Rosas, por lo que fue forzado a exiliarse, trabajando como soldado y periodista en Uruguay, Bolivia, Perú y Chile. 
En 1831 se trasladó a Montevideo, con la familia, donde se inscribió en la Escuela Militar, estudiando artillería, alcanzando el grado de Alférez en el año 1939; además publicó sus primeros poemas y escritos periodísticos en varios diarios, como El Iniciador, de Andrés Lamas y Miguel Cané, proscritos por el régimen de Rosas. En diciembre de 1939 peleó en la batalla de Cagancha, en las filas de Fructuoso Rivera, con quien caería derrotado más adelante, en el año 1842, en la Batalla de Arroyo Grande, siendo Capitán.
Pasó infructuosamente por Bolivia y Perú, hasta que en 1848 fue deportado desde este último país hacia Chile, donde fue co-redactor de Juan Bautista Alberdi, director del periódico El Comercio de Valparaíso.  También fue redactor del periódico "El Progreso" de Domingo Faustino Sarmiento. En 1851 otra vez fue expulsado del país, ahora Chile, por haber apoyado la revuelta contra el presidente Manuel Montt.


 A su regreso a la Argentina después de la derrota de Rosas, lideró la revuelta de Buenos Aires contra el sistema federal de Justo José de Urquiza.Fue derrotado por el General entrerriano, don Justo José de Urquiza (cuyo monumento ya hemos presentado en este blog), en la batalla de Cepeda en el año 1859, pero luego lo venció a este último, en la batalla de Pavón en 1860, cuando era gobernador de Buenos Aires.  Posteriormente asume como Presidente de la Nación (1862 - 1868).
  En 1874 es derrotado por Nicolás Avellaneda en los comicios para una nueva presidencia, no aceptando la derrota, por lo que se retira a preparar un ejército para derrocar al presidente electo. Finalmente concluye exiliado en Brasil, en donde posteriormente, el mismo Avellaneda lo convierte en Diplomático.
También, fue el fundador del diario La Nación, uno de los diarios más importantes de Sudamérica.  Escribió poesía y ficción (Soledad, novela original); tradujo al español La Divina Comedia de Dante, y sus afamados "Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina" e "Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana", entre otros.
La figura ecuestre, hecha en bronce, representa a quien fuera presidente de la Nación entre los años 1862 y 1868, imagen que además se encuentra rodeada de alegorías hechas en mármol blanco de carrara, sobre un basamento de granito rojo pulido, que se inauguró el 8 de Julio de 1927.
Al frente, la proa de un barco sobre la que se ubica la "Victoria Alada" que alza  palmas hacia la eternidad.
La rodean "El valor Civil", representado por un atleta luchando contra un león, solamente con sus manos.  El costado opuesto, "La Familia", simbolizada por una joven madre terminando de amamantar a su bebé ya dormido, ente original y fundamental de una sociedad sana, que debe ser protegido hasta las últimas consecuencias.
Finalmente, el grupo hacia atrás, representan "La Victoria", "La Angustia", "La Armonía", y "El Estudio y el Pensamiento".


Bartolomé Mitre y la Masonería



El Gran Maestre de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones,  Angel Clavero, plantea que, "fue en nuestra casa donde a instancias del Gran Maestre José Roque Pérez, se reunieron Bartolomé mitre, Justo José de Urquiza y Domingo Faustino Sarmiento, para sellar, en presencia del Presidente Santiago Derqui, el acuerdo que permitió evitar el derramammiento de sangre en la batalla de Pavón, y la ulterior incorporación de la Provincia de Buenos Aires a la Confederación Argentina".

En materia masónica, Mitre integró el cuadro de la Augusta y Respetable Logia Confraternidad Argentina N° 2 y fue miembro honorario de la Augusta y Respetable Logia Unión del Plata N° 1.   El 31 de Julio de 1860 recibió el grado 22 del escocismo en la misma ceremonia que el Presidente de la Nación, Santiago Derqui, el ex Presidente Justo José de Urquiza, Domingo Faustino Sarmiento, y el General Juan Andrés Gelly y Obes.

El 9 de Junio de 1865, Bartolomé Mitre es proclamado Gran Comendador de Hornor del Supremo Consejo grado 33° para la República Argentina. El 24 de Agosto de 1892, en la Respetable Logia Unión N° 17 de la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, se realiza una acto, en la que Bartolomé Mitre hace entrega de dos ejemplares de Historia, uno del doctor Manuel Belgrano, y el otro del General José de San Martín, con una emotiva dedicatoria, destinadas a la biblioteca de la Logia.
El 24 de Agosto de 1893, Mitre asume el cargo de Gran Maestre  de la Gran Logia de la Masonería Argentina.  Posteriormente, en Junio de 1901, la Respetable Logia Unión N° 17, designa al Bartolomé Mitre, miembro honorario de esa Logia.  A los 81 años de edad, el 17 de Julio de 1903, al constituirse la primera Respetable Logia Mitre N° 184 de Villa Libertad, Provincia de Entre Ríos, le proponen ser su Venerable Maestro de Honor.

Pero volvamos al monumento, por parte:

1. La proa










Noten que había un pajarillo curioso en el momento de hacer las fotografías.  En la anterior, pareciera que está posando para la cámara.

2. Los laterales de la proa
a) El valor Civil
El joven, luchando contra un león, solamente con sus manos.


b) La Familia


2. El Conjunto Posterior






3. El Bronce















Bueno, otro gran personaje de nuestra historia que encontrará aplausos en unos y en otros no tanto.  Pero está manifiesto que su participación en la historia de nuestra nación a través del siglo XIX, sin duda que fue muy importante. Como siempre se dice, somos una suma de consensos y disensos; pero lo importante es siempre considerar y analizar lo que otros piensan.  Leía, junto a mi hijo, en las placas que están al pie del conjunto escultórico, donde uno decía que el monumento fue realizado por el aporte de los ciudadanos, y otra placa que homenajea a Mitre, por parte de los estudiantes brasileños de la Facultad de Derecho de Sao Paulo, en el 6 de Julio de 1932.  Aparte, la obra es magnífica, cargada de símbolos e ideales que dan que pensar, en el buen sentido de la palabra.
Aunque el entorno está "cuidado", sí, me hizo sentir mal ver pintadas en tan hermosa obra de arte. Ojalá, algún día el gobierno de la ciudad, cualquiera sea el color político, y sin tono de crítica mayor, si no como un análisis constructivo, se haga cargo como corresponde de estos pequeños hitos que se encuentran desparramados por la ciudad, manifestando testimonios mudos a gritos de lo que nuestros hombres, prohombres, próceres y ciudadanos simples,  nos han legado. 


Queridos amigos. La próxima semana ya será 2013, y les deseo que se logren todos los objetivos y anhelos, pero que nunca falte en vuestro hogar ninguno de esos tres ingredientes que merece y necesita cada persona: Salud, Trabajo y Amor.
Muchas Felicidades, y si Di-s quiere, hasta la semana que viene.


Fuentes:
- Wikipedia
- www.visitingargentina.com
- Blog: Historias de un país
- Fotos: Dabaisin

jueves, 27 de diciembre de 2012

Del lenguaje cotidiano

Queridos amigos.
Hoy, a diferencia de lo que normalmente vengo haciendo en mi blog, voy a poner un texto que me envió un querido compañero de trabajo y amigo, en donde aparecen una serie de frases armadas, que normalmente usamos en nuestro lenguaje común, y que muchas veces no sabemos de dónde viene la relación.
La verdad, es no se ha hecho una verificación de su veracidad, pero conozco que los orígenes de algunas de esas frases son ciertas.  Si hay correcciones, se las agradeceré me las hagan saber.


Agarráte Catalina
Catalina pertenecía a una familia de trapecistas que trabajaban en un circo recorriendo los barrios porteños en los años cuarenta.
Su bisabuela, su abuela y su madre, habían muerto durante diversas actuaciones circenses.  La gente, que conocía su historia, a modo de "cábala" y antes de cada función le decía "¡Agarráte bien, Catalina!"
Antes de cada actuación, alguien del circo gritaba "Agarráte Catalina", hasta que una vez la persona que debía pronunciar la frase no estaba presente.  Y así fue, como la pobre Catalina terminó muriendo a los 25 años de edad, durante una función del circo en el barrio de San Telmo.
Con el correr del tiempo, la frase se fue deformando hasta llegar al conocido "Agarráte Catalina", y se emplea para avisar que se debe estar alerta, ante una situación que no pinta fácil.

No quiere más lola
Frase "made in Argentina".  Lola era el nombre de una galleta sin aditivos que a principios del siglo XX, integraba la dieta del hospital.
Por eso, cuando alguien moría, se decía: "Este no quiere más lola".  Desde entonces se aplica a quien no quiere seguir intentando lo imposible.

Hasta que las velas no ardan
Se originó en los prostíbulos, en épocas en que no existía la luz eléctrica y los relojes eran objetos de lujo.
La madama le entregaba al cliente una o varias velas, según lo pagado.  Cuando se consumían, el turno había concluido, esto es, había sexo "hasta que las velas no ardan"

Poner los cuernos
De "el derecho de pernada" que se dice le asistía al señor feudal en la Edad Media, derivó lo de "poner los cuernos".
Antes de acostarse con la dama, el caballero feudal colgaba en la puerta una cornamenta de ciervo para advertir que nadie entrara so pena de ser decapitado por haber interrumpido el placer del noble.
Mientras tanto, el marido llamaba orgulloso a sus vecinos para mostrar que su señor feudal le había hecho el honor de "ponerle los cuernos"

Viva la Pepa (que no era mi vecina . . .)
Contra lo que pudiese creerse, "viva la Pepa" no es el grito de alegría de un buscador de oro, sino el que usaban los liberales españoles en adhesión a la Constitución de Cádiz promulgada el 19 de Marzo de 1812, día de la festividad de San José Obrero.
Como a los José se nos apoda Pepe, en vez de decir "Viva la Constitución", lo que conllevaba llegar a ser reprimidos, los liberales gritaban "Viva la Pepa".
Hoy, en Argentina, su significado se ha desvirtuado y más bien se parece a "piedra libre" o "vale todo"

Atar los Bártulos
Esta expresión alude a Bártulo de Sasso-Ferrato, jurisconsulto de la Edad Media, profesor de Derecho en Pisa, Bologna y Padua, cuyas obras, contenidas en trece volúmenes, sirvieron de base de estudio durante tres siglos.
Los estudiantes tomaban nota de ellas y luego ataban esos apuntes, a los que llamaban bártulos, para que las hojas no se les perdieran.
Hoy la expresión alude a preparar una mudanza.

Atorrantes
Lo de "Atorrantes" viene de cuando a principios del siglo pasado, depositaron unos grandes caños de desagüe en la costanera del Río de la Plata, frente a la Casa de Gobierno, en lo que hoy es Puerto Madero.
Esos caños tenían la leyenda "A. Torrant et Cie.", nombre del fabricante, escrito en letras grandes a lo largo de cada segmento de caño.
Dichos caños estuvieron más de un año depositados en el lugar antes de que por fin los enterraron.  Durante ese tiempo, muchos desvalidos, vagos, linyeras y sujetos de avería que rondaban por la zona, los utilizaron para esconderse, dormir y hasta vivir en ellos.  Surgió así el "se fue a vivir a los caños", que con el tiempo evolucionó  hasta quedar en "se fue a los caños".  Y a los que hicieron de los caños un hogar se los llamó "atorrantes", y por extensión se utiliza para referirse a toda persona pendenciera, de mal comportamiento, etc.

Croto
Esta expresión viene de José Camilo Crotto, gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1918 y 1921. 
Durante su gobierno, sancionó el Decreto 3/1920, que autorizaba y permitía a los peones rurales a viajar gratis en los trenes cargueros, personas a los que se les comenzó a llamar crotos.
Con el tiempo, la expresión comenzó a usarse para referirse a las personas sin hogar, mal vestidos o que su apariencia denota un estado de indigencia.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Monumento a Julio Argentino Roca

Alejo Julio Argentino Roca, fue un político y militar argentino, presidente de la nación en dos ocasiones, que manejó los hilos de la política nacional por más de treinta años por el Partido Autonomista Nacional, tejiendo complejos sistemas de alianzas con distintas fuerzas, lo que le valió el mote del "El Zorro".  Nació en San Miguel de Tucumán el 17 de Julio de 1843, y murió en Buenos Aires el 19 de Octubre de 1914.  Fue el quinto de ocho hijos (siete varones), del coronel Segundo Roca y Agustina Paz.  Su nacimiento fue en la estancia "El Vizcacheral", de propiedad de sus padres.
Estudió en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, junto a sus hermanos Celedonio y Marcos.  A pesar de presentar un alto grado de interés por la medicina, en 1858 ingresó a la carrera militar, participando en la guerra entre Buenos Aires y la Confederación Argentina, entre 1859 y 1861, y en la Guerra de la Tripe Alianza contra Paraguay, entre 1865 y 1870, en la que murieron su padre y dos de sus hermanos.
Participó en la represión de la rebelión federal de Ricardo López Jordán en Entre Ríos en 1871, siendo su participación crucial en la batalla de Ñaembé.  Al finalizar la Revolución de 1874, alcanzó el grado de General, tras vencer al General rebelde José Miguel Arredondo (quien respondía políticamente a Bartolomé Mitre), en la batalla de Santa Rosa.
A la muerte de Adolfo Alsina, su principal rival (y en ocasiones aliado) en el camino hacia la sucesión presidencial de Nicolás Avellaneda en 1877, Roca lo sucedió en el ministerio de Guerra.  Presentó un proyecto al Congreso de la Nación el 14 de Agosto de 1878, cuyo objetivo consistía en una guerra ofensiva contra los indígenas que habitaban la Patagonia, con el objetivo de amplia el territorio bajo la soberanía efectiva de la nación.


Sobre el origen del término Conquista del Desierto hay dos teorías. Según una de ellas, se denominó así debido a las condiciones geográficas de la Patagonia, que presentaba un clima desértico. Según otra, la denominación deriva más del etnocentrismo del gobierno argentino: la región estaba completamente deshabitada de gente de raza blanca y civilización europea. Sólo estaba poblada por indios nómadas, representantes de la barbarie, por lo tanto, era un "desierto" de civilización.
La región se encontraba habitada originariamente por pueblos indígenas de etnia Tehuelche, quienes posteriormente fueron conquistados, mestizados y asimilados por los Mapuches, provenientes desde Chile.
Los mapuches comenzaron a llamar la atención, del gobierno argentino, por sus continuos avances sobre las fronteras y los constantes malones o ataques a caballo hacia las estancias aledañas, de las cuales saqueaban ganado para venderlo en Chile y secuestraban mujeres, quienes eran trasladadas a los asentamientos indígenas. La ley que promulgaba la conquista, decía que la presencia del indio impide el acceso al inmigrante que quiere trabajar.
Otro de los motivos para justificar la Conquista del Desierto era el temor del presidente Nicolás Avellaneda a una posible invasión y conquista por el ejército chileno, que ya había avanzado sobre numerosos territorios durante la Guerra del Pacífico. Una vez concluida la Guerra del Pacífico, Chile se dedicó de lleno a dominar a los indígenas al sur del río Bío-Bío, antigua frontera entre el Imperio Español y el pueblo mapuche, a través de la Pacificación de la Araucanía.
    Tomado de Wikipedia
Roca, al mando de un ejército moderno y bien pertrechado, conquistó la Patagonia oriental venciendo la resistencia de los asentamientos mapuches, causando una gran cantidad de víctimas y desplazando a las poblaciones restantes a regiones periféricas. Se estima que la campaña fue causa directa de la muerte de más de mil indígenas. Las tribus que sobrevivieron fueron desplazadas a las zonas más periféricas y estériles de la Patagonia. Unos 10.000 nativos fueron tomados prisioneros y unos 3.000 enviados a Buenos Aires, donde eran separados por sexo, a fin de evitar que procrearan hijos. Las mujeres fueron dispersas por los diferentes barrios de la ciudad como sirvientas, mientras una parte de los hombres fueron enviados a la isla Martín García, donde murieron, en su gran mayoría, a los pocos años de reclusión.

Millones de hectáreas se sumaron así a la República Argentina, enormes extensiones que fueron adjudicadas a bajo precio, o directamente regaladas, a terratenientes y políticos influyentes, lo que pone de relieve que la actualidad no es original en referencia a las particularidades que rodean a los "políticos" (nuestros representantes) y sus intereses individuales sobre los de la nación y del colectivo. Se suele justificar esta operación militar argumentando que esos territorios iban a ser conquistados por Chile, ya que el área al sur del río Colorado estuvo parcialmente en disputa entre las dos naciones hasta la firma del Tratado Argentina-Chile de 1881.

En 1912 Roca fue designado como Embajador Especial de Argentina en Brasil, por el Presidente Roque Sáenz Peña.  Roca volvió a la Argentina en 1914 para morir en la ciudad de Buenos Aires. Su hijo, Julio Argentino Roca, fue vice-presidente de Argentina en el período de 1932-1938. Su última morada, se encuentra en el Cementerio de La Recoleta en Buenos Aires.
Por lo anterior, hay grupos que promocionan la revisión de los mecanismos mediante los cuales se establecen las formas de simbolizar y se instituyen en modelos que rigen la vida y que definen la identidad de los pueblos. 
Así es Roca, sin duda, una de las figuras más polémicas de la historia argentina. Mientras unos lo consideran como el arquitecto del moderno estado argentino, otros, recordando el aniquilamiento de miles de indígenas en la Patagonia y en el Chaco, no dudan en calificarlo como genocida.
Por esto, y sin necesidad de aceptar o representar ninguna de las dos posiciones, como ya se ha dicho en anteriores oportunidades, en este blog solamente pretendemos mostrar dos cosas: el arte escultórico, y la realidad histórica que cada uno de los hombres que forjaron nuestra nación con actitudes y acciones adecuadas o incorrectas; el juicio quedará determinado a cada uno de los miembros de nuestra nación libre y soberana.


Sin embargo, nunca dejaré de criticar el vandalismo que algunos inadaptados o de conceptos incorrectos, a través de la destrucción o pintadas o empapeladas, pretenden manifestar su desacuerdo.  Nuestra nación, aún mantiene los sistemas legislativo y judicial que, aunque criticados, tienen los mecanismos legales para actuar según los pedidos de la ciudadanía.  No se puede destruir un ícono histórico porque no se está de acuerdo con lo que representa.  A este respecto, recuerdo que en el año 2003, en parís se hizo una gran manifestación, protestando en contra de las autoridades gobernantes, porque no se estaban cuidando ni manteniendo como corresponde a los monumentos a la cultura y a la historia de ese país.  Ellos también destruyeron monumentos históricos, pero fueron automáticamente catalogados como actos vandálicos y contrapuestos con los intereses de la sociedad, su historia y su identidad.


El Monumento
El monumento al militar, presidente, estadista, Teniente General Julio Argentino Roca, se encuentra emplazado en la plazoleta Ricardo Tanturi, en el cruce de la avenida Julio Argentino Roca y Alsina, y es una obra del escultor uruguayo José Luis Zorrilla de San Martín. Su inauguración data del 19 de Octubre de 1941.
En su base, revestida en mármol, se destacan dos grandes figuras que representan la Patria y el Trabajo, y coronando el conjunto se erige un escultura ecuestre realizada en bronce.
Desgraciadamente no existen muchas referencias al monumento en sí, por lo que, a pesar de los grafitis y los empapelados, dedicaremos aquí, solamente a mostrar algunas imágenes actuales del monumento.

Que tengan una excelente semana, y que las fiestas de fin de año que se avecinan, les signifiquen una gran felicidad, en compañía de sus afectos más cercanos y queridos.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Monumento Ecuestre a don Carlos María de Alvear

Carlos María de Alvear (1789-1852), fue un militar y político argentino durante la época patria y el segundo Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata durante el año 1815. Asimismo fue padre de don Torcuato de Alvear, primer intendente de la ciudad de Buenos Aires, y abuelo de Marcelo Torcuato de Alvear, presidente de la República Argentina entre los años 1922 y 1928.

Nació el 25 de Octubre de 1789 en Misiones Orientales (actualmente territorio brasileño).  Su padre era Diego de Alvear y Ponce de León, un español oriundo de Córdoba, España, y su madre María Balbastro, criolla de Buenos Aires. Su nombre completo era Carlos María del Santo Angel Guardián.  Santo Angel era el nombre del pueblo donde nació.

Hizo sus primeros estudios en Porto Alegre y en 1804 marchó con su familia hacia España.  Durante el transcurso del viaje, su madre y sus seis hermanos murieron en una explosión durante un incidente con una flotilla inglesa.  El y su padre se salvaron, porque viajaban en otro navío.
Luego, en Londres, completó su educación y fue iniciado por Francisco de Miranda en la Gran Reunión Americana. 
Posteriormente, realizó el servicio militar en España, en la Brigada de Carabineros Reales, cuerpo de Elite, con el grado de Alférez (equivalente al de Teniente en los cuerpos de línea), y participó, distinguiéndose,  en batallas contra la invasión napoleónica, luchando en las batallas de Tudela, Tarancón, Uclés y Talavera, y en los combates de Los Yébenes, Mora y Consuegra.
Legó a Cádiz a fines de 1809 y a los pocos meses fundó la Sociedad de los Caballeros Racionales, o Logia N° 3, filial de otra con sede en Londres, a la que luego se incorporaría José de San Martín.

A fines de 1810 pidió licencia del ejército español, licencia que se prolongó hasta su traslado a América.  A principios de 1811, exigió a su padre la parte de la herencia de su madre, que era considerable, y la utilizó para financiar sus proyectos revolucionarios.  En ese mismo año, siendo su padre gobernador de la Isla de León, se separó de las armas reales, y abrazó la causa independentista.  En 1812 desembarcó en Buenos Aires de la fragata inglesa "George Canning", el mismo barco en que viajaban San martín, José Matías Zapiola, Martiniano Chilavert (niño aún, que viajaba con su padre Francisco Chilavert), y otros militares notorios, para sumarse a la causa de la emancipación americana, ninguno de los cuales se encontraban en el Río de la Plata cuando se produjo la Revolución de Mayo en el año 1810.

A su desembarco, recibió el nombramiento de Capitán y Sargento Mayor del flamante escuadrón de Granaderos a Caballo.  Fue quien presentó a San Martín en la sociedad porteña, y fue su padrino de casamiento.

No dedicó mucho tiempo a sus obligaciones militares, ya que trabajó en la organización de la Logia Lautaro, un grupo secreto que intentaba corregir la dirección política del gobierno. Dirigió con San Martín la revolución del 8 de octubre de 1812, que reemplazó al Primer Triunvirato por el Segundo y que convocó a la Asamblea del año XIII. Organizó las elecciones de los representantes porteños y de las provincias y fue el primer presidente de dicha Asamblea.
Ambicionando el poder político, logró que ésta fijase un sistema unitario de gobierno, el Directorio, para el cual hizo elegir a su tío Gervasio Antonio de Posadas (primo de su madre). A mediados de 1813 renunció a su banca y fue nombrado coronel del regimiento de infantería Nº 2, pero siguió participando en política a través de la Logia.
La Logia se dividió entre los partidarios de San Martín y los de Alvear, por lo que éste -con mayor influencias políticas- lo alejó del poder poniéndolo al mando del Ejército del Norte.
Con el Alto Perú en poder de los realistas y Chile en peligro, la toma de la guarnición de Montevideo, con 5.000 soldados españoles era un objetivo indispensable porque era un peligro permanente sobre Buenos Aires, ya que podía ser utilizada como base de operaciones en el caso de una expedición punitiva contra el Río de la Plata. El sitio de Montevideo, iniciado en 1812, no había tenido hasta entonces resultados satisfactorios, ya que mientras la armada española tuviera acceso al puerto de Montevideo, la posición de los españoles era inexpugnable. 
En 1813 fue nombrado presidente de la asamblea general constituyente y, un año después, general en jefe de las fuerzas sitiadoras de Montevideo, donde obligó a capitular al general realista Gaspar de Vigodet. 
En 1814, Alvear y Juan Larrea, impulsaron la creación de una escuadra naval, cuyo mando le fue otorgado a Guillermo Brown.
En febrero de 1814 se produjo un motín de las tripulaciones de dos de sus buques, lo cual, sumado a la oposición de San Martín al proyecto, convenció a Posadas de que era hora de “desarmar los barcos”. Con medidas enérgicas, Alvear consiguió sofocar el motín y disuadió al Director Supremo de esta resolución. Gracias a ello, el 8 de marzo, Brown pudo finalmente hacerse a la vela para librar su primer combate naval contra una flotilla realista que se encontraba en la isla Martín García. En pocas semanas también “quedaron igualmente prontas y listas para marchar las tropas que debían pasar a reforzar el sitio, así como todo el material necesario para aquel ejército: armamento, municiones y vestuario”. A principios de abril, una vez reparados los buques que habían combatido en Martín García, la escuadra quedó en condiciones de operar sobre Montevideo.
El presidente Bernardino González Rivadavia lo nombró embajador y ministro de Guerra. Su triunfo en la batalla de Ituzaingó en 1827 le valió ser designado embajador en Estados Unidos. 
Carlos María de Alvear fue el presidente de la logia Lautaro de Buenos Aires y fundó en Montevideo la logia Caballeros Racionales en homenaje a la organización homónima que funcionó en Cádiz.
En 1829 Juan Manuel de Rosas apareció en la escena política argentina, inaugurando un régimen controversial que duraría a la larga más o menos 23 años. Alvear fue uno de los líderes de la oposición y en 1832, Rosas muy astutamente lo nombró embajador en los Estados Unidos, como un mecanismo para neutralizar sus ambiciones políticas. Un cambio en el gobierno, le permitió a Alvear retornar a Buenos Aires, en los años siguientes.  Sin embargo, cuando Rosas volvió al poder en 1835, nuevamente nuevamente trató de desplazar a Alvear, de quien sospechaba que conspiraba en contra del su gobierno.
A principios de 1837, después de descubrirse la evidencia de que Alvear estaba vinculado a una nueva conspiración, Rosas lo nombró como Ministro Plenipotenciario en los Estado Unidos.  A pesar de eso, estuvo disponible para partir a complir con su nueva función, durante el año siguiente. 
Así, Alvear vivió el resto de su vida como embajador en los Estados unidos, muriendo en su casa de Nueva York en el año 1852. Durante su residencia en los Estados Unidos, Alvear tuvo la oportunidad de interactuar con importantes figuras políticas como  Joel Roberts PoinsettDaniel WebsterJohn Calhoun and James Buchanan, entre otros. Las intrucciones de Alvear estaban principalmente relacionadas con la obtención de una disculpa por parte de los Estados Unidos con respecto a la conducta de un buque de guerra estadounidense en las Islas Malvinas, y reafirmar las reclamaciones argentinas a las islas. El gobierno de los Estados Unidos se mostró indiferente a esos reclamos argentinos. Viendo que no se podía esperar más nada de Washington, Alvear pidió ser transferido a Europa, pero Rosas se rehusó. 
Carlos María de Alvear fue inhumado en el Cementerio de la Recoleta en la ciudad de Buenos Aires.
Aunque sus ideas económicas no son muy conocidas, su hijo Emilio de Alvear, también político, fue uno de los escasos promotores del proteccionismo en la época conservadora, de ideas librecambistas hasta el exceso.
Bartolomé Mitre, autor de la biografía de San Martín Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana, fue muy crítico con Alvear, describiéndolo como ambicioso y dictatorial, y lo atacó por sus cartas a Strangford y Castlereagh. Más tarde los historiadores también rechazaron a Alvear, aunque por razones diferentes. Autores izquierdistas apoyaron a Monteagudo, a pesar de su relación política. Autores revisionistas, partidarios del anti-imperialismo, condenaron a Alvear por el intento de convertir las Provincias Unidas en un protectorado británico y se refieren a él como partidario de Bernardino Rivadavia, a pesar de que eran enemigos. A pesar de esto, sigue siendo considerado un prócer nacional. La aparición del revisionismo histórico lo convirtió en uno de los principales centros de sus ataques. Pese a la condena de Mitre y de los revisionistas, siempre tiene defensores.
Carlos María de Alvear fue uno de los personajes más controvertidos de la historia de la independencia argentina. A pesar de la abundante bibliografía existente sobre su carrera, no existe ninguna biografía completa de Alvear. Muchos historiadores han documentado, con innumerables pruebas historiográficas, que Alvear era promotor de los intereses de Gran Bretaña en Sudamérica durante las primeras tres décadas del siglo XIX, por medio de sus aliados portugueses.
La historiografía registra cuáles eran sus enemigos, en la figura de los grandes próceres rioplatenses José de San Martín y José Artigas.
Es considerado un héroe nacional por la historiografía argentina, a pesar de la opinión negativa de Bartolomé Mitre, fundador de la misma. La influencia de su hijo, el intendente de la ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, y su nieto, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear, le permitieron sobrevivir en la estimación pública a lo largo de los años.
En general es un personaje identificado, en primera etapa, con el partido unitario, cuyas opiniones fueron compartidas por la minoría poderosa de la elite porteña dedicada al libre cambio; en una segunda etapa es identificado con los federales, por haberse desempeñado como embajador de Rosas durante largos años, hasta el año mismo de su fallecimiento.



El Monumento

Pero vamos a lo que nos interesa: el Monumento Ecuestre, situado enfrente de la Plaza Intendente Alvear (aunque erróneamente conocida como Plaza Francia), en la llamada Plazoleta Julio de Caro, en pleno barrio de la Recoleta.
Se trata de una obra del escultor francés Antoine Bourdelle, que está considerado por el propio autor como su obra maestra dentro de los grandes monumentos.  El autor demoró diez años en terminarla, y una vez acabado el monumento fue enviado a Buenos Aires desde Francia en el año 1925, donde se ve al General Carlos María de Alvear, montado sobre un esbelto caballo, con su mano derecha en alto, mientras que la izquierda sujeta su cabalgadura.  La obra fue entregada al gobierno argentino en un acto presidido por el Ministro de Bellas Artes de Francia, que se realizara en 1923 en el Salón de la Tullerías en París, e inaugurado el 16 de Octubre de 19263 en la ciudad de Buenos Aires.  Esta grandiosa obra, que descansa sobre un pedestal de granito pulido de 13 metros, obra del arquitecto Alejandro Bustillo, sobre el cual reina el impactante caballo, realizado íntegramente en bronce.  Sobre los ángulos de su base, se destacan cuatro figuras que representan a "La Victoria", "La Libertad", "La Fuerza" y "la Elocuencia".



La Victoria




La Libertad




La Fuerza




La Elocuencia


Estas cuatro estatuas simbolizan los valores fundamentales que se deben respetar, para poder definir y establecer los destinos de toda nación, de la manera más progresista y beneficiosa para todos los miembros que la componen.

De la ceremonia que encabezó el presidente Marcelo T. de Alvear, nieto del prócer, participaron representantes diplomáticos de América y de Europa, además de una multitud calculada en alrededor de . personas.  Hubo varios discursos y un desfile a cargo del Colegio Militar de la Nación.



Imagen tomadaprestada del blog "Salvemos las Estaturas".


Erigido en homenaje a quien ha sido hombre fundamental para el General San Martín con su valiosa colaboración en la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo.  También conmemora la Batalla de Ituzaingó en la que se enfrentaron los ejércitos uruguayo-argentino con el de Brasil.

Nuestra Ciudad Capital tiene muchos monumentos, y muchos de ellos son mucho más que interesantes. Representan nuestra historia, de donde surge nuestra nacionalidad, muestra figuras venerables de nuestros próceres, aquellos prohombres que alimentaron nuestro conceptos fundamentales, sus sacrificios en pos de los objetivos de libertad y emancipación. Como argentinos, no tendríamos que hacer si no más que respetarlos en la erección de estos símbolos sagrados de nuestra argentinidad. Sin embargo, nos quedamos en eso.
Estamos cerca de las fiestas de fin de año, y se ha permitido que una empresa privada, comercial, invada el recinto de la plazoleta, y erija lo que se parece a un árbol navideño, mientras promocionan sus productos.  Ese pseudo árbol navideño, no hace otra cosa que obstruir la imponencia de semejante "Conjunto Escultórico"; es una real vergüenza, un desatino, y una gran falta de respeto a aquel general que expuso su vida en muchas campañas, y no precisamente desde la paz y seguridad de un escritorio; pero es mayor la falta de respeto a nuestra historia.
Pero además, la plazoleta goza de un absoluto abandono, donde hay toda clase de residuos y una notable suciedad. Ojalá que algún día nuestros políticos entiendan que eso también es parte de sus funciones.
Al margen de lo que se piense de cada uno de esos señores que armaron nuestra historia, errados o acertados, conformaron los destinos de nuestra nación, y eso sí o sí, tenemos que respetarlo.
Les deseo una excelente semana.
Salud !

lunes, 10 de diciembre de 2012

Monumento Francia a la Argentina




Este hermoso conjunto se encuentra en la plaza Francia (Av. del Libertador, entre las calles Ricardo Levene, Dr. Luis Agote y Av. Pueyrredón), y corresponde al uno de los primeros, si no al primero, de los monumentos que naciones extranjeras montaron en nuestro país, con motivo de la celebración del centenario de la Revolución de Mayo. Este monumento fue inaugurado el 2 de Octubre de 1910, bajo la Intendencia Municipal de Manuel J. Guiraldes.

En su conjunto es de una belleza singular, porque en su todo muestra la realidad de las actividades independistas de ambas naciones, pero fundamentalmente la hermandad que las une como naciones libres.

Este monumento fue realizado por el escultor Emile Peynot (en algunas publicaciones aparece como Edmont Peynot), y enviado a nuestro país para la fecha de la conmemoración.
La verdad, es que podemos decir que pocas personas conocen la existencia de esta regia obra de arte, toda vez que es mucho más conocido el Monumento de los Españoles (que ya vimos, y que sabemos no es ese su nombre real), o la Torre de los Ingleses.
Sin embargo, y como Borges decía, por esos tiempos Buenos Aires era prácticamente un sucursal de París, y quizás por eso es que este monumento fue el primero en conmemorar el centenario de la gesta de Mayo. Enrique Espina Rawson, plantea que la cultura francesa estaba tan enraizada en la nuestra, que aquellas personas que viajaban a Europa, se suponía que viajaban a París; inclusive, el Director de la Biblioteca Nacional era un oriundo de Toulouse llamado Paul Groussac.



También menciona Espina Rawson, que en esta plaza la colectividad francesa en Buenos Aires, celebró la liberación de París del nazismo en 1944, junto con la oposición al gobierno nacional de ese entonces, ocasión en que la reunión fue violentamente dispersada por la policía, por orden del gobierno.

Si nos ubicamos en la parte superior del conjunto, hecho íntegramente en Mármol de Carrara, con una altura total de  20 metros, podremos ver la representación femenina de Francia y Argentina tomadas de la mano, guidas unidas en abrazo fraterno por un genio, hacia la gloria, la abundancia y el progreso.






En la parte media del conjunto, se encuentran, sobre una base de mármol travertino, la representación clásica femenina de la ciencia, la industria, la agricultura y las artes, también en mármol blanco.  Las figuras son de gran tamaño, y son inusualmente imponentes, y llama la atención que aunque separadas en cada uno de los vértices, pareciera que dan un cuerpo de unión a todo el grupo, simbolizando, quizás, que cada una de esas ciencias, oficios y artes, encaminan al ser humano hacia lo sublime como lo manifiesta explícitamente la Masonería.





Como decíamos, y como se puede ver en las dos fotos siguientes, el conjunto siempre es armónico, en cada una de sus partes, y en su todo.




En la parte baja del conjunto, hay (o había), cuatro bajorrelieves, que muestran momentos históricos sublimes de ambas naciones, tales como la Toma de la Bastilla y la Declaración de la Independencia de Francia, y por otra parte, la Primera Junta de Gobierno Criollo, y el Paso de los Andes.



                                          Primera Junta de Gobierno Criollo

Desgraciadamente, hoy podemos ver en el monumento solamente tres de ellos, debido a no sé por qué razón, no existe el cuarto, que es el Paso de los Andes.

                                     Paso de los Andes
                                                       Tomado del Blog "Historias de un País"
http://benjaminboston.blogspot.com.ar/2012/01/monumento-francia-la-argentina.html


Esto, junto a que la Plaza y el Monumento están muy descuidados, no menguan la singularidad de esta sublime representación artística, de lo que es o puede ser la unión de los pueblos en busca del bien común, establecidos en el progreso y la unidad.

Nuestra ciudad y, como lo he dicho antes, está plagada de estos símbolos que rememoran las hazañas de nuestros próceres y también la hermandad que nos une con naciones a veces muy distantes.

Ha sido un placer, amigos míos, y los espero, si Di-s quiere, la próxima semana, con un nuevo monumento de nuestra ciudad capital.

Salud !